BONITO EJEMPLO ESTAN DANDO...

Me hace reír por no decir llorar todo el sarao que se está montando por lo de la asignatura de la educación para la ciudadanía.

En primer lugar, encuentro que a la escuela se va a aprender materia, y la educación debe aprenderse en casa. Claro que el ejemplo que estamos dando a nuestros hijos no creo yo que sea el más adecuado. Un gobierno que dictamina la supresión de la asignatura de religión de un plumazo y a cambio pone por imperativo moral la susodicha asignatura, y unas organizaciones de no se que dicen de la familia y unos arzobispos de la iglesia quejándose precisamente de lo mismo que han estado haciendo hace un huevo de años ellos mismos.

Ni una cosa es buena ni la contraria tampoco. Bajo mi punto de vista, la iglesia está meando fuera de tiesto como últimamente tiene por costumbre hacer, porque sigue anclada en un pasado que no se corresponde con la vida actual (no arremeto contra sus postulados sino en la forma en que pretende imponerlos). Por otro lado unas asociaciones u organizaciones que se declaran pro-familia de no se qué, que cuando ha habido abusos a niños, a personas de todo tipo, a marginales, han estado calladas como unas putas porque no les tocaban los preceptos a ellos, cuando esas atrocidades también se cometían a personas integrantes de una familia; o acaso el maltrato de un miembro de una pareja al otro no está relacionado directamente con la familia? (como siempre, actuamos por intereses). Y por otro lado, el tercero en liza, un gobierno que hace lo que le da la gana como le da la gana en lugar de adoptar la postura más razonable que sería dejar escoger (hay posibilidades de hacerlo) y santas pascuas.

Si hay padres que no están de acuerdo en que sus hijos reciban la doctrina católica de la iglesia, deberían poder escoger que no sin que los obispos dijesen ni mú. Por otro lado, si hay padres que no quieren saber nada de la educación para la ciudadanía, no veo porque tienen que suspender a sus hijos por no hacerla. Aquí la cuestión ideal es poder escoger y, ya sea por unos o por otros, no dejan ejercer ese derecho CONSTITUCIONAL.

Ganas de tocar las narices al personal está claro que la tienen porque mira que hay solución sencilla. Ahora bien, no podré entender como los sectores que defienden la familia y la iglesia puede quejarse de unas enseñanzas que promulgan precisamente el respeto, la educación, la convivencia y toda una serie de valores que harían la existencia del ser humano más agradable. Claro que, esos valores ganados bajo el auspicio del propio hombre sin un ser divino que lo cobije bajo su manto, significa perder la exigua cuota de seguidores que aún creen en una fe cristiana.

Me permitiré el lujo de dar un consejo a cada uno de los tres estamentos que aquí se mueven…

- Al gobierno que no sea tan radical, porque el derecho a elegir pasa por no coartar las opciones y dejar que el hombre ejerza ese derecho con garantías. Que vele por el derecho a elegir sin influir en las decisiones, sea de izquierdas o de derechas (que todos son de armas tomar)
- A las asociaciones de familias que aprendan en lugar de promulgar objeciones, demandas, juicios y demás perdidas de tiempo. Si los padres de esas familias, al igual que los padres que no figuran en esas asociaciones, enseñasen correctamente los valores de educación y respeto en casa, no haría falta enseñarlos en la escuela. Claro que con todo el follón que están dando, es normal que luego sus hijos sigan ese ejemplo, al fin y al cabo es lo que viven en su día a día.
- A la iglesia que se preocupe de abrir los ojos al mundo real y no se encierre en un mundo que ya ha pasado a la historia. Se puede ser cristiano y profesar los valores de la fe cristiana sin ser una mula acérrima que no es capaz de ver más allá de una zanahoria puesta delante del hocico.

No veo necesario cargar más las tintas porque podría poner infinidad de ejemplos en las 3 recomendaciones, pero claro, que fuerza puede tener un comentario colgado aquí en donde no lo leerá ninguno de los interesados?

Ahora bien, una cosa si que puedo dejar clara, y es que mis hijos no serán obligados a ser adoctrinados en unas creencias en las que yo mismo no creo. Ellos serán los únicos que tendrán la decisión de creer o no creer lo que les cuenten pero, que nunca puedan decir que yo les he impuesto unos criterios o religiones que ellos no son capaces de asimilar en cuanto tengan uso de razón.

Mis hijos serán bautizados porque la familia lo impone por mucho que digan que no lo hacen (los comentarios que se hacen así lo dictaminan) pero la educación y el respeto no se lo va dar ni un gobierno ni una iglesia, si no nosotros sus padres en casa. Que el día de mañana vean a un negro por la calle y lo vean como un ser humano igual que ellos, o cuando conozcan a una lesbiana, hablen con ella con toda normalidad porque es una persona igual que ellos, o cuando un cristiano o musulmán o budista les hable tengan la educación y el interés por escuchar lo que tienen que decir y que luego saquen sus conclusiones.

Eso es la convivencia y el respeto, y no el lamentable espectáculo que están dando los que precisamente se creen en posesión de una verdad inexistente.